Quiropodología y dermatología del pie

La piel del pie tiene un mayor grosor que la del resto del cuerpo ya que sostiene el peso corporal. En el interior del calzado, en ocasiones, pueden producirse roces o exceso de humedad que dañan la piel de los pies. Cuando caminamos descalzos, la piel también es nuestra barrera para protegernos de las agresiones del suelo. Por ello, es recomendable la realización de revisiones periódicas para detectar y prevenir futuros problemas.

Quiropodia

La quiropodia es la consulta en la que el podólogo realiza una valoración global del estado dermatológico del pie. El objetivo es prevenir la aparición de lesiones como callosidades o uñas encarnadas y diagnosticar y tratar las que ya existen.

Consiste en el corte y fresado terapéutico de uñas, eliminación de callosidades, «clavos» o durezas y las grietas en los talones.

Lo recomendable, cuando no existe patología, es realizarse una quiropodia preventiva al menos 2 veces al año, coincidiendo con la época de cambio de calzado.

Infecciones por hongos/bacterias en uñas y piel

Los hongos en las uñas (onicomicosis) son un problema muy común que causan el cambio de color y aumento de grosor en la uña. Pueden estar causados por exceso de humedad o abuso de esmaltes de uñas.

La presencia de hongos y bacterias en la piel, conocidos como <<pie de atleta>> o <<tinea pedis>> causan picor y mal olor en el pie, sobre todo en los espacios entre los dedos.

El diagnóstico precoz es importante para poder tratarlas de manera adecuada. Con el objetivo de solucionar el problema con la mayor brevedad, en Moratín Podología el protocolo de tratamiento consta del análisis de la zona afectada mediante la realización de cultivo micológico y PCR para identificar el hongo o bacteria que causa la infección y poder eliminarlo de manera eficaz.

Papiloma plantar

El papiloma o verruga plantar se trata de una lesión que aparece en la planta del pie como resultado de la infección por el virus del papiloma humano (VPH). El virus penetra en las capas superficiales de la piel y se observa un crecimiento de piel similar a un “clavo” o “callo” que puede doler o sangrar. El papiloma plantar es contagioso, especialmente en ambientes húmedos como piscinas y saunas, duchas públicas o vestuarios comunes.

Su diagnóstico en consulta es clínico y se acompaña de la realización de una prueba PCR para determinar el tipo de VPH causante de la lesión. En función del tipo de papiloma, se establece el protocolo de tratamiento.

En Moratín Podología contamos con múltiples opciones de tratamiento para el papiloma plantar: tratamiento químico (fórmula magistral de ácido nítrico, fórmula magistral de cantaridina), tratamiento físico (crioterapia) y extirpación quirúrgica.

Reconstrucción ungueal

La reconstrucción ungueal consiste en la realización a medida de una uña artificial, que sustituye a la uña afectada. Se realiza con diferentes materiales según las necesidades de cada paciente: uñas acrílicas de polímero de porcelana, uñas de gel antifúngico, uñas de resina fotopolimerizable. Además de mejorar la apariencia estética, el objetivo de este tratamiento es proteger el lecho ungueal y guiar el crecimiento de la uña, para evitar que la uña se clave. Facilita que, cuando la uña se ha caido, la siguiente uña crezca sana, evitando uñas gruesas y uñas amarillentas. Así mismo previene posibles infecciones de hongos en la uña debido a la acumulación de humedad debajo de la uña cuando ésta se encuentra despegada tras un golpe o alteración.

La realización de una reconstrucción ungueal se puede valorar en casos de: hongos en las uñas, uñas negras, desprendimiento de la uña tras un golpe o traumatismo, ruptura de parte de la uña, uñas, despegadas y uñas gruesas o engrosadas.

Uña encarnada

La uña encarnada u onicocriptosis es un problema muy común que se debe al corte inadecuado de la uña, uso de calzado estrecho o forma excesivamente curvada de la uña. La uña se clava en los bordes de la piel provocando dolor, inflamación y en algunos casos infección.

El tratamiento consiste en la eliminación de la porción de uña que se ha clavado y limpieza exhaustiva del canal ungueal.

En casos recurrentes de uña encarnada, es recomendable optar por un tratamiento definitivo como es la cirugía de uña. Habitualmente no es necesario arrancar toda la uña sino únicamente el lateral que se clava. Dicho lateral se cauteriza, eliminando la raíz de la uña en esa zona, asegurando que no volverá a clavarse.

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